De acuerdo a las investigaciones antropológicas, estos recintos sirvieron como centros iniciáticos o templos para adquirir la iluminación o el conocimiento universal conocido en vocablo quechua como "Yachay”, donde solo una clase especializada de maestros y sacerdotes (Amautas y Willac Humas) podían acceder a estos espacios ya que ellos eran los que daban consejo a los gobernantes y al pueblo en general. En definitiva, estos recintos más que calendarios astronómicos fueron templos ceremoniales importantes, ubicados dentro de los centros urbanos  o en montañas lejanas así como en terrazas de cultivos y fuentes de agua de tiempos pre hispánicos.

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Atreves de estos recintos arqueológicos se aprecian  proyecciones del sol en forma de línea o rayo de luz que representa a la eclíptica solar, descubriendo  que, en su mayoría, todas estas construcciones han sido edificadas con orientación polar, alineadas a los cuatro puntos cardinales y en relación a la órbita por donde el sol hace su recorrido en el universo a manera de observatorios astronómicos que permitían administrar y pronosticar el tiempo con gran precisión.